Gaëlle
Parent porteur
Gaëlle, soy periodista especializada en salud desde hace una docena de años en la región parisina. Tuve mi
primer hijo en 2016 y recibí como regalo de nacimiento un portabebés ergonómico de
mi cuñada, sin saber nada al respecto. Aún no sabía que se convertiría en mi accesorio
favorito durante meses. Durante sus primeros 3 meses, mi bebé lloraba debido a los
cólicos y lo único que lo calmaba era estar contra mí. Caminé kilómetros (tanto
tanto en interior como en exterior) con mi portabebés para que finalmente durmiera... Claramente me
salvado de la depresión posparto. Después, aunque mi hijo caminaba a los 12 meses, me negué a
el cochecito y continué hasta más de 2 años llevándolo para los trayectos diarios (cambiando el
Physio contra la Hoodie que salió mientras tanto). El porteo representa para mí la libertad: de no ser
nunca molesta por las escaleras o en el transporte público, sin estorbos en las
aceras o en las tiendas, una cabecita siempre al alcance de los besos y lejos de los desconocidos siempre
demasiado curiosos con los bebés, la seguridad de que está bien abrigado, las manos libres para mí, etc. Para
conquistada. Ahora que tiene 1 año, he vuelto al portabebés pero con el mismo placer y
conquistada. Ahora que tiene 1 año, he vuelto al portabebés pero con tanto placer y
espero que por muchos meses más. Sé que en unos años lo echaré de menos así que lo
¡disfruto! Ah, y para todas mis amigas futuras mamás, ya saben qué regalo de
nacimiento van a tener así que a menudo me dicen su color favorito para ayudarme a
elegir...